Un padre (Jim) convence a su hijo (Roy) para que pase con él un año en una remota isla de Alaska. Él acaba de salir de un divorcio y necesita fervientemente algo de cariño en su vida; está terriblemente deprimido y cree que con la ayuda de su hijo podrá tirar para adelante y volver a ser feliz. Su hijo no las tiene todas consigo; tras el divorcio la relación con su padre está un poco fría y un año es demasiado tiempo, además, va a dejar a todos sus amigos a miles de kilómetros de distancia. Sin embargo, acepta y comienza su andadura por la experiencia que cambiará sus vidas. El padre es positivo, van a darse la oportunidad de estar bien, abastecerse a sí mismos pescando y cazando, olvidarse del mundanal ruido y disfrutar de la belleza de ese rincón del mundo. Sin duda la naturaleza es el tercer personaje principal del libro. Esos parajes inhóspitos de Alaska que por una parte son tan bellos y por otra te hacen sentirte el ser más insignificante del mundo, dejado de la mano de Dios.
Y es que comienzan su aventura casi sin provisiones, sólo disponen de una radio y una barca y de sus propias manos para rehacer sus vidas. En la primera parte de la novela el ambiente que se crea ya es un poco agobiante ya que la experiencia no va a resultar tan fácil como creían. Jim no levanta cabeza y su hijo es incapaz de levantar el ánimo de su padre, sólo se ve capaz de sobrellevar la profunda tristeza que le envuelve y pasar día tras día, aguantando. Pero la segunda parte de la novela es agonizante. Jim no tiene en cuenta por lo que está pasando su hijo y sólo piensa en su desgracia sin pararse a pensar en Roy, al que le tocará pagar el egoísmo de su padre de una forma escalofriante.
Creo que podría definir mejor este libro con palabras sueltas: claustrofobia, agonía, incapacidad, incomunicación, tristeza, dureza, impacto, frío, soledad, opresión, oscuridad, egoísmo, tragedia.
Creo que podría definir mejor este libro con palabras sueltas: claustrofobia, agonía, incapacidad, incomunicación, tristeza, dureza, impacto, frío, soledad, opresión, oscuridad, egoísmo, tragedia.
Parece que de vez en cuando va bien leer este tipo de novelas, que te dejan impactado y tocado. Esta vez me parecería una faena desvelaros la trama de la historia, porque si algo tiene este libro es que te deja en shock al leer lo que les pasa a los personajes. Así que si os apetece leer algo duro pero que os va a calar y hacer pensar sobre el ser humano como tal, no lo dudéis, es un buen libro a pesar de su dureza.
Al autor la vida le golpeó de pequeño al perder a su padre de forma trágica, pero esa terrible experiencia quizá le sirvió para crear esta historia que se ha hecho famosa y que le ha servido para darse a conocer en el panorama literario. Seguiremos de cerca al tal Vann.
Ah, dicen que es del estilo de La carretera de Cormac McCarthy. Lo tengo que leer para un reto, pero con el sobreaviso de que va a ser una historia durísima lo escogeré en una época en la que no me vaya a afectar, porque si no...
Nota: 8,5
Lo mejor: Es sorprendente, te quedas enganchado al libro a pesar de que lo que lees no es agradable y te golpea. O yo soy la morbosa o el libro hace que lo sea, no sé.
Lo peor: A mí me dejó un poso de tristeza interno considerable. Unos días después seguía pensando en la historia y preguntándome muchas cosas. No es malo; todo lo contrario, pero vaya, que nos una lectura divertida. Por cierto, supongo que sería una decisión editorial, pero me hubiera gustado que hubiese guiones de diálogo.