lunes, 25 de enero de 2010

Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones- Charles Bukowski


Otro más de Bukowski, pero este, al menos para mí, no tan bueno.
El libro se compone de diecinueve relatos y de ellos sólo me han gustado mucho, mucho 3 o 4, mala estadística, ¿no? Si lo comparo con La máquina de follar, no hay color, el otro me parecía increíblemente ingenioso, imaginativo y con relatos más "sofisticados". En este que comento ahora, me da la sensación de que se ha publicado porqué sí, no por la calidad de sus relatos.
El que podría destacar es El día que hablamos de James Thurber en el que veo esa ironía y gracia de Bukowski y además me encanta porque habla de sus conocidos, amigos u otros escritores; me parece muy interesante. Y otros que me han parecido buenecillos son: Nacimiento, vida y muerte de un periódico underground, El asesinato de Ramón Vásquez o Una ciudad maligna.
Por hoy no escribo más que tengo muchas cosas que hacer. Sólo deciros que la semana que viene entrego ya la traducción y que estoy nerviosilla ya. Que mi ritmo de lectura es lento, lento. A ver si puedo reseñar pronto 1984, con estos días tan grises no estoy de humor.
Un saludín,
Nota: 6'5
Lo mejor: El estilo de Bukowski me gusta mucho, es bestia y animal hasta decir basta, pero a veces yo necesito salirme del típico prototipo de lectura. 
Lo peor: Me da la sensación de que han cogido unos cuantos relatos suyos y ala, ya tenemos libro. Algunos están de relleno, no me dicen nada.

2 aportaciones valiosas:

coronel Saavedra dijo...

Creo que quienes escriben y publican semejantes libros deberían ser excomulgados. También, quienes, como tú, se dedican a divulgarlos, y ya me encargaré yo personalmente de realizar los trámites necesarios para que se adopten las medidas oportunas contra ti al respecto.

Los jóvenes de hoy sois casi todos unos depravados, al contrario de lo que ocurría en mis tiempos, en los cuales primaban la castidad, el decoro y la decencia. Recuerdo cuando, allá por el año 1950, conocí a mi esposa. Besar su mano por primera vez fue una experiencia sublime, inolvidable.

Vero dijo...

¡Rafa, que me matas del susto!
Mira que habrán pensado cosas de mí, pero que sea depravada... jaja