
Firmin ha sido un libro delicioso, yo, como Firmin me lo hubiera comido enterito. Me habían hablado muy bien de él y no es de extrañar ya que la historia es original y muy tierna.
Firmin nace en el Boston de los 60 en una librería (¡qué suerte nacer en este entorno, no?) y desde su más tierna infancia es aislado e incomprendido por su familia. A consecuencia de que es el que más problema tiene para alimentarse de su mamá empieza a devorar los libros que va encontrando pero poco a poco deja de comérselos para empezar a leerlos y aprender de ellos.
Cuando su familia acaba por abandonar la librería para emprender cada uno su vida, Firmin se queda solo con sus libros y su admirado librero y de vez en cuando va al cine Rialto a contemplar a sus queridas Beldades (¡que palabra tan hermosa!) e intentar conseguir la comida por sus propios medios.
Firmin, es un personaje apasionante. Su mayor deseo es poder expresarse, contactar con los humanos, demostrar todo su conocimiento...Desgraciadamente, las ratas no pueden hacerlo y Firmin vive infeliz imaginando conversaciones con sus mitos como Ginger Rogers o Fred Astaire... hasta que encuentra a Magoon, un vagabundo tan solitario y divertido como Firmin.
Me ha encantado cómo está construido el libro, es una fábula entrañable a la vez que con un regusto amargo por lo mal que tratan los humanos a Firmin sólo por el hecho de ser una rata.
He leído en El País que la editora de Seix Barral compró en su día los derechos mundiales de la obra, se deben haber forrado.
Nota: 7'5
Lo mejor: Las ilustraciones de Fernando Krahn, me ha encantado que mencione obras importantes, el personaje de Firmin y me ha llamado la atención la cara de Savage, a ver si encuentro más cositas.
Lo peor: En cuanto al contenido del libro la traición del librero a Firmin y en cuanto a la forma del libro realmente nada, es un libro ameno y fácil de leer con una historia verdaderamente especial.
¡Besos!